jueves, 14 de junio de 2007

Personajes que me inquietan. Mi propia sombra

Al contrario de lo que pudiera parecer, en esta ocasión no fue sencillo contactar con el personaje inquietante elegido: “Mi propia sombra”. Llevamos en la Cd. De México unos días raros, y el sol aparece y desaparece entre las nubes dificultando la aparición de casi todas las sombras. Lo intenté en interiores iluminados, pero el resultado era siempre lamentable. En esas condiciones, “Mi propia sombra” se ponía de un genio de los mil demonios.

Finalmente el miercoles, se dieron las circunstancias idoneas para llevar a cabo la entrevista, transcribo lo mas parecido a lo que hablamos.

-Cuántos cigarros se fuma usted despues de tener relaciones sexuales?

Mira, cabrón. Antes de contestarte a esta estupidez de la que pareces sentirte tan orgulloso, te diré que hubiera preferido ser antes la sombra de Adolfo Hitler que la tuya. Por lo menos él era una persona clara en su maldad. Me pareces un pedante, un .......(omitire los demás comentarios por respeto al lector) ....., y me has hecho pasar unos ratos pésimos a lo largo de mi vida. Además, tu insomnio y tu tendencia a desvelarte, sin contar con los días nublados que en esta ciudad son tan frecuentes, han conseguido que mi vida sea prácticamente irrelevante y que mi existencia dependa de tus caprichos. Dicho esto, contestaré a esta estupidez que me planteas: me fumo los mismos cigarros que tú y en cuanto a las relaciones… Esa maldita costumbre occidental de hacerlo a oscuras, o con poca luz, o con esas ridículas velitas tal como lo aprendiste en las películas francesas, además de cursi, han convertido mi vida sexual en inexistente.

-Ultimo libro, último disco, última película.
No leo, no escucho música y, evidentemente, no he ido al cine, un lugar sin luz natural, en toda mi vida. Sin embargo, a través de tu retorcido cerebro me llegan las impresiones que recibes cuando haces todo eso, siempre en la penumbra. Personalmente leo mucho los anuncios de la calle, los graffitis, incluso las señales de tráfico. Es una manera de matar el rato.

-Virtud y defecto que le definen.
Soy discretísima, apenas se me ve. No molesto nunca.

-¿Un pesimista es un optimista informado?

Otro tópico estúpido. Yo soy el pesimismo personificado, porque me dedico a observarte cuando no me ves. Si la esperanza de la humanidad está representada por tipos como tú, escépticos, ateos, malhumorados y tontos, la cosa va fatal. Mira Luis, no tengo nada contra ti personalmente, aunque te parezca otra cosa, pero yo quiero preguntarte ahora: ¿no te hubiera ido mucho mejor en la vida, intentando ganar más dinero y oyendo menos música de Mozart? ¿No serías más feliz siendo el director de una agencia del Banco de Santander, saliendo por la mañana temprano de tu casa, conmigo al lado, que haberte aficionado a los vodka tonics en los bares más arrastrados y a las señoras a altas horas de la madrugada?

-Lo que más le gusta de las mujeres.
Soy lesbiana y tú lo sabes. Me gusta casi todo de ellas. Hace unos años mantuve una relación estable con la sombra de una maceta que tenías en el patio de tu casa, pero esa es otra historia. Nos veíamos poco, por tu culpa, porque por las mañanas dormías plácidamente mientras ella se exhibía a los pasantes, pero saber que estaba ahí, reflejada en la pared, me llenaba de felicidad. Desde entonces soy muy romántica y me paso el día llorando.

-Lo que más le gusta de los hombres.
Casi nada, especialmente porque los he conocido a través tuyo. Es decir, he conocido a tus amigotes, que me parecen como tú, es decir, inestables emocionalmente, petulantes, frágiles y sin embargo arrogantes, con inclinación a cultivar un victimismo infantiloide, inmaduros y ególatras. Mala gente con cara de buenos. Tu propio apodo “Grillo” es un manifiesto de lo que te gustaría ser (Risa sarcastica).

-¿Ha pensado alguna vez en el suicidio?
Me paso el día pensando en eso. Apenas se me ve. Nadie notaría mi ausencia, y el que menos, tú.

-Su ideal de felicidad personal.
Que saliera el sol todos los días y que pudieras ir a Cancun de vacaciones.

-Su opinión sobre el siglo XX.
Para mí el siglo XX es esa enciclopedia ilustrada que tienes en la estantería de tu casa, justo al lado de la ventana. Como es tan gorda produce una cierta sombra que se proyecta en la pared. A veces me la quedo mirando. Pero como la sombra de aquella maceta, ninguna.

¿Podemos hacer algo para arreglar esta relación?

No.