La técnica será siempre la misma. Directamente o a través de terceros, mis entrevistados responderán a un cuestionario –el mismo para todos ellos/ellas-, en donde incluiré una pregunta específica diferente.
Este cuestionario está compuesto por las siguientes preguntas:
-¿Cuántos cigarros se fuma usted después de tener relaciones sexuales?
-Ultimo libro, último disco, última película.
-Virtud y defecto que le definen.
-¿Un pesimista es un optimista informado?
-Lo que más le gusta de las mujeres.
-Lo que más le gusta de los hombres.
-¿Ha pensado alguna vez en el suicidio?
-Su ideal de felicidad personal.
-Su opinión sobre el siglo XX.
Mi primer entrevistado, como no podía ser menos, es Dios.
El mecanismo, por tanto, es sencillo. El resultado, ya veremos.
